La maquina moldea la pieza y moldea la siguiente, la siguiente, y así
sucesivamente hasta que el sistema
de producción en serie alcanza el numero requerido de producción diaria.
No
existe la sobre producción, todo lo contrario; cuanto mas mejor. Y las piezas
que la maquina produce con algún grado de defectuosidad son descartadas y
arrojadas fuera del sistema de producción.
Es muy
incierto el destino de las piezas descartadas. Algunos dicen que vuelven al
sistema de producción sin que nadie note que la pieza está defectuosa. Otros
sostienen que la pieza defectuosa es reparada y calibrada nuevamente para que
vuelva a reinsertarse en la cinta de montaje; lo que es poco probable por el
tiempo que ello demora. En la fábrica no hay tiempo que perder, cada minuto
perdido es dinero mal gastado. Otra
versión afirma que las piezas defectuosas simplemente quedan
defectuosas, sin sufrir modificaciones, y nunca cumplen el rol para el que
fueron creadas. Son piezas poco frecuentes, pero piezas al fin.
Éstas últimas son piezas sin
importancia, en definitiva, ya que son minoría. De la producción total sólo un
5% de las piezas no cumplen el rol para el que fueron creadas. Pero no es
problema ya que hay un 95% del total de las piezas que sí cumplen los requisitos.
Las piezas buenas, desde el punto de
vista del sistema de producción seriada, cumplen una vida útil estándar y
normal, conformando magníficas invenciones en comunidad con otras piezas.
Pensamiento clase-mediático
[Cómo nos maneja y define el capitalismo]
[Ensayo satírico del individualismo y del sesgo capitalista]
Juan Pérez Grinspun, un tipo común
Desde el momento en que nací, y fui niño, me criaron en un ambiente
resguardado del mundo exterior, en el que acechaba la violencia y la ira. El
núcleo familiar que me resguardó de la hostilidad es un grupo conformado por 4
personas.
La familia, es algo
normal en todo el mundo. Mi familia es normal, está bien y tiene una posición
económica adquirida, más o menos aceptable. Lo que en la jerga se denominaría
clase-media.
El vecino de junto es
de clase media, el dueño de la fiambrería es de clase media, incluso, el
policía que patrulla la cuadra, ¡es de clase media!
Mi crianza fue en una casa normal en un barrio normal.
Todos los de mi clase somos normales, somos lo estándar, lo comúnmente
aceptado. Lo que me hace pensar que hay algo más aceptado y algo menos aceptado
que mi posición de clase media.
Papá y Mamá me enseñaron a estudiar para poder trabajar, a trabajar para
poder vivir y comer, pero sobre todo, trabajar para comprarme lo que me gusta y
lo que quiero.
Al que está un
escalafón social por debajo del mío lo denomino pobre.
Por lo general, los pobres viven en las villas o en barrios marginales
sumamente precarios, muy distintos al que vivo yo. Pero últimamente los pobres
pueden darse ciertos lujos y adquirir las cosas materiales como las que yo
tengo, Ej.: Televisión, lavarropas, remera de marca, celular, etc. Pero
supuestamente sigue siendo pobre, ¿Cómo es que tiene las mismas cosas que yo? Ninguno
cambió su condición de pobre o de clase media. No puedo entender como es que el
pobre goce de los mismos lujos de los que gozo yo, cosa que me molesta un poco
y hasta empiezo a aborrecer a esa clase, pero sin olvidarme de su condición y
de compadecerla.
Así es que recuerdo que el por mas que el pobre siga siendo pobre y yo
siga siendo de clase media, hay algo que nos sigue separando gracias a dios,
por suerte y para mi alivio me doy cuenta que yo tengo el poder de la renta y
puedo hacer uso. Escuché en la televisión que hay un nuevo televisor ultra
delgado, con una nueva tecnología distinta a la anterior, posee ergonómico diseño
y calidad superior de imagen, y además el pobre no lo tiene, por lo que decido
comprarlo. Al salir de casa un hombre me entrega un folleto de Garbarino en el
que veo un nuevo lavarropas con botonera análoga, y me encanta su diseño digital,
así que decido comprarlo también. Sigo caminando y al pasar por un bar muy
pituco, veo a un hombre de traje, posiblemente un accionista de una importante
empresa de alfajores, que ostenta el nuevo celular con el que puedo entrar a
Internet y chequear mis mails desde el tren, ya que soy un hombre ocupado y
cuando llego a casa no tengo tiempo de nada, porque vivo a las corridas. Además
el hombre que tenía el celular era bien parecido y usaba traje de etiqueta, por
lo que si compro el teléfono que el usa, voy a tener un punto más en común con
su clase, que es la tercera; la clase con mas poder adquisitivo. La clase rica.
La clase rica va de viajes a exterior y posee hermosas propiedades y
lujosos autos. Algún día voy a alcanzar aquel ostentoso estilo de vida... por
el momento ya tengo algo en común con aquella clase; mi teléfono celular.
Sigo caminando rumbo a mi trabajo y veo a una persona con muy mal gusto
vistiendo la misma camisa que tengo puesta. ¡Que horror! Decido, por tanto, ir
hoy mismo a otra casa de ropa, aunque sea un poco más caro, comprarme una nueva
camisa esta vez de seda, para estar seguro de que el pobre que hoy vi no pueda
comprarla.
Así podré gozar de cierta exclusividad, momentánea, pero exclusividad al
fin.
Voy a seguir trabajando duro para un día poder comprarme el auto que
tiene el rico de 2500
centímetros cúbicos y 300 caballos de fuerza, y que vi
en el cartel publicitario de la autopista, para no viajar mas en tren, con
gente que no tiene nada en común conmigo.
Voy a sacar un préstamo
inmobiliario para comprarme una casa en barrio norte para estar más cerca de la
gente linda. Y, aunque me endeude un poco, voy a tratar de ir a veranear a la
costa del pacífico donde soñé siempre, pasar el resto de mi vida. ¡Eso si que
es vida! Voy a ser un hombre muy exitoso, como aquel hombre del bar de San
Isidro.
A ser modosito, correcto y discriminador!
Papá y Mamá me
enseñaron a respetar a mis mayores, a solidarizarme con el desvalido, y a
horrorizarme de la pobreza.
Mis abuelos fueron extranjeros de bien, que, durante el infortunio de la
segunda guerra mundial tuvieron que partir a un país mejor. Trabajando
incesantemente pudieron lograr todo lo que en su vida obtuvieron. Mis abuelos
eran unos extranjeros europeos de clase baja pero laburadora. Este país les
abrió las puertas brindándoles la posibilidad de empezar desde cero luego de
haber tenido que abandonar su patria. Aquí hicieron suya, la patria en la que
yo nací. ¡Mis abuelos si que fueron unos verdaderos patriotas!
Hoy el exceso de inmigrantes de países limítrofes que no tienen la,
obviamente, las mismas aptitudes que la de mis abuelos, está generando que las
personas que sí nacimos en Argentina nos cueste conseguir trabajo. Además
tenemos que aguantar que vayan a las mismas escuelas que las que vamos los de
mi clase (media) que somos nativos, que vistan nuestra misma ropa, coman
nuestra comida, vivan cerca de mi barrio y que tengan las mismas oportunidades.
Me molesta que se me parezcan aunque sea un poco, a los de mi clase, aunque yo
se que sus rasgos físicos tan disímiles a los míos. ¡Gracias a dios!, todavía
algo me diferencia de aquellos extranjeros, y alivia mi conciencia.
Mis abuelos no llegaron a Argentina por tierra, llegaron por agua. Lo
que hace más atractiva su condición de inmigrantes, y engalana la proeza,
ciertamente poética, de su llegada. Los extranjeros que llegan de países
limítrofes lo hacen en micros despintados, que llegan levantando polvareda de
tierra sucia. Atestados de campesinos pestilentes con el peor hedor jamás
olido. Esto lo sé porque una vez leí en un diario muy importante sobre la
inmigración descontrolada, aparte vi un informe sobre la triple frontera en un
programa que realiza investigaciones periodísticas profundas. En la que se
mostraba la forma de vida que eligen estas personas en sus países natales.
Cuanto más pienso en los extranjeros de hoy, y los inmigrantes de ayer,
me doy cuenta del cambio de los tiempos y las conductas descarriadas de la
nueva sociedad que carece de los valores que tenían las generaciones pasadas
como las de mis abuelos.
Consentido altruista [cosmovisión de un
amigo]
No me interesa la
política ni la economía del país. Creo que hay cosas más importantes por las
que preocuparse, como el problema de los extranjeros, el precio de la entrada
del boliche, y el conseguir un trabajo mejor pago.
A papá y Mamá le
molestaban los gobiernos demagogos, y por consiguiente, a mi también me
molestan. Prefiero los gobiernos que se dedican genuinamente en las personas.
Por ejemplo los gobiernos que se ocupan de rescatar a los mineros que quedan
atrapados muchos días dentro de una mina. ¡Eso si que me parece un acto de
bien! El rescate de personas que trabajan arduamente, y a quienes compadezco
que tengan que trabajar en aquella profesión, muy marginada y sucia.
De muy chico aprendí la
importancia de trabajar para poder comprar una casa linda y confortable. Hoy
hay muchos extranjeros que prefieren vivir bajo cuatro cartones y no comprar
una casa como la gente. La gente normal.
Me gusta cuando un
gobierno tiene el magnífico y enorme gesto de regalarle una vivienda digna a
una persona pobre, para que conozca que hay otra manera de vivir, y no es
precisamente, la de holgazanear bajo cuatro cartones. Así puede aprender el
valor del esfuerzo, el trabajo y los enormes placeres que éste brinda. Es muy
necesario que esta clase de gente conozca que no se puede ser vago toda la
vida. Como decía mi abuelo.
Odio los gobiernos que
les pagan a los negros, sin que hagan nada. Y a los que nos desvivimos
trabajando como todos los miembros de mi familia tengamos que pagar al día, los
impuestos, que por cierto son altísimos. Esa plata se las roba el gobierno para
sí, y mientras tanto todos nosotros seguimos igual. Y el dueño de la fabrica de
alfajores que tiene una empresa familiar de hace muchísimos años, le
clausuraron el establecimiento por no haber presentado unos papeles
insignificantes para blanquear la situación de sus empleados. ¡Al tipo le
cagaron la vida porque ahora va a tener que pagar una multa impresionante y no sabe
si está en condiciones de pagar aquella suma de dinero!.
Mientras tanto, los
gobiernos populistas y negreros apañan a la gente para que no haga nada,
fomentando la vagancia.
¡Se podría decir que yo
fomento la vagancia también!, porque cuando veo a alguien necesitado que pide
una moneda para vivir, se la doy. Trato de ser lo mas solidario que puedo ya
que considero que a esa persona, la moneda con la que yo me podía haber
comprado un caramelo, le va a ser más útil. Es que me enternecen los buenos
gestos…
Lo que está lejos es mejor, el pobre lindo y el pobre feo. Brainwashed
Durante la terrible
dictadura, mis abuelos pudieron viajar a distintas partes del mundo. Mis
abuelos reconocen ahí otro punto benéfico de la severa dictadura, además de la
seguridad que brindaba la mano dura. En aquellos tiempos la gente respetaba a
todo el mundo y había acato ante las autoridades, si bien hay que reconocer que
aquellos tiempos fueron muy violentos. Pero no importa, aunque una vez mi tío
me ofreció un libro para leer, yo le agradecí la actitud y se lo negué. No
tengo tiempo para andar leyendo, además no me motiva mucho indagar en el tema
porque pasó hace mucho tiempo.
El hecho es que mis abuelos viajaron a Brasil, a Cuba, a España,
Francia, e Italia. Aquel severo gobierno les dio la posibilidad de recorrer el
mundo.
En aquellos tiempos los
había más productos importados, ya que era mucho más fácil importar con el
dólar barato. Los productos importados superaban y superan, la calidad de los
nacionales, que son muy berretas. Además de poseer un precio bastante
atractivo, en relación con la calidad.
En uno de los viajes de
mis abuelos, les toco la suerte de visitar Sudáfrica. Un país muy lindo, con
costas espléndidas, pero con mucha pobreza.
La pobreza Africana es
distinta en algún punto a la nacional, no se bien por qué, pero es distinta, es
menos fea y mas enternecedora. Y además aquellos pueblos sufrieron mucho el
castigo de los colonialistas que los explotaban. Poseen una cultura más rica y
abundante que la de los extranjeros de los países limítrofes, lo que la hace,
una pobreza más atractiva. En un punto, ¡es una cultura menos pobre!.
Una vez escuche a una
periodista en la radio que dijo que los extranjeros que llegaban a nuestro país
constituían “inmigración de baja calidad”. Creo que si, es eso, inmigración de
baja calidad.
Noticia: de moda; la envidia
Un malestar que aqueja
al cuerpo, nubla la conciencia, y carcome las entrañas. Toca desde dentro las
fibras mas profundas del corazón generando un inmenso dolor. La razón es
relegada por la fuerza y pasa a un segundo plano en la mente del ser. Pienso de
manera casi instintiva y descubro mis peores miserias. El malhumor genera
conflictos con los seres humanos que están en mi entorno. Desaparece la calma,
la ira la venganza y las peores de las pasiones acechan a la espera, el más
mínimo desencadenante puede desatar una tempestad irrefrenable que perjudicará
hasta al mas Inocente.
Esto es lo que sucede cuando me doy cuenta que mi vecino se compro el
cero kilómetro que yo ansíe ¡toda mi vida!, o por lo menos las últimas dos
semanas, en las que me enteré que existía.
Yo lo quería primero, y no es justo que él haya podido comprarlo
primero. Ese vehículo es todo un lujo. Es lo mejor que fabricó… ¡esa marca!…
tan conocida… que no recuerdo bien en este momento, pero no viene al caso. El
asunto es que ese modelo… ese… el cual su nombre no me viene a la mente, es el
que yo quise siempre. O por lo menos hace 2 semanas atrás desde que me enteré
que existía.
Un auto con mucha clase. No para que lo maneje mi vecino, que encima es
de mi misma clase, pero es evidente que no puede acompañar la del auto.
Básicamente le queda grande… si es eso, le queda grande, ¡enorme diría!
Solo un hombre como yo y el de la fabrica de alfajores que vi en el bar
estarían a la atura de las circunstancias de manejar tamaña nave.
El eslogan del cartel publicitario de la autopista General Paz no se
equivocaba. “Si cree estar a la altura de las circunstancias es el auto que le
hace falta…”
Mi vecino no está a la altura de las circunstancias, pero no me importa.
Me deja muy tranquilo saber, que el auto que maneja no lo hace feliz. Lo noto
en su cara y lo percibo en la sonrisa, la que nunca se desvanece de su rostro,
por cierto muy forzada. Después de todo, como dice el párroco de la iglesia:
“Lo material no hace la felicidad”. … voy a tener que dejar de ir tan seguido a
la iglesia.
Lo único que tenemos en
este mundo, que poseemos realmente, son los afectos. Las posesiones materiales
no son mas que meras creaciones individualistas para impresionar a aquellos
afectos.
De vez en cuando compro
el diario para informarme. Me encanta saber cuales son las últimas modas, las
nuevas tendencias y lo que se va a usar en la nueva temporada.
No le doy mayor
importancia a las noticias ya que gracias a dios tengo un séquito de allegados
que saben contarme que pasa en el país. Ellos leen diarios bien serios y me
ahorran la tarea de tener que informarme por mi propia cuenta, teniendo que
leer enormes cantidades de páginas de cargados matutinos. Es más fácil que
ellos me cuenten los sucesos más relevantes en materia del país, que, si bien
mucho no me importar, no viene nada mal tener una visión clara y amplia de lo
que está pasando.
Generar conciencia de: “Tengo la cabeza ocupada en otra cosa”
Cuando vuelvo estresado
del trabajo me siento frente a la televisión y me informo rápidamente de los
acontecimientos de mayor relevancia. Es una costumbre no muy constante, ya que
mi cuerpo logra desconectarse pero mi cabeza sigue funcionando y no es muy
agradable seguir atestándola con infames noticias. Lo que si es una practica
usual, es mirar los programas divertidos, que no me hacen pensar ya que son
carentes de contenido. ¡Me encanta la danza! Siempre quise ser bailarín de
chico, pero me obligaron a estudiar y a formarme. Completé el primario y el
secundario en tiempo y forma. En forma… es un decir. A lo nuestro, la danza,
una de mis pasiones. Aunque no pueda practicar porque vivo a mil por hora.
No tengo tiempo más que para pensar en la cuota del lavarropas, el saldo
de mi tarjeta de crédito, la cuota del celular, el precio de los cigarros y el
alcohol, la factura del cable y todas esas cosas que todavía no compré, y que probablemente
cuando las compre, nunca las use.
Toda oferta crea su propia demanda
Hoy en día el total de
los medios de comunicación son solventados con los aportes de las empresas
privadas, es decir la pauta, a excepción de los medios públicos (que son muy
pocos y son sostenidos por el estado). De esta manera se fija un convenio por
el cuál el medio deberá hacer propaganda al producto de dicha empresa. La
mayoría de las publicidades inventan una nueva necesidad por la cual el ser
humano que esté en frente de la pantalla deberá cubrir, comprando dicho bien.
Evocan y vociferan la ley de Jan Baptiste Say: “Toda oferta crea su propia
demanda”.
“[...] Un producto
terminado ofrece, desde ese preciso instante, un mercado a otros productos por
todo el monto de su valor. En efecto, cuando un productor termina un producto,
su mayor deseo es venderlo, para que el valor de dicho producto no permanezca
improductivo en sus manos. Pero no está menos apresurado por deshacerse del
dinero que le provee su venta, para que el valor del dinero tampoco quede
improductivo. Ahora bien, no podemos deshacernos del dinero más que motivados
por el deseo de comprar un producto cualquiera. Vemos entonces que el simple hecho
de la formación de un producto abre, desde ese preciso instante, un mercado a
otros productos.(J.B. Say, 1803 )
Represión
Si hay algo con lo que
realmente concuerdo con los medios de comunicación masivos es en que es
necesario bajar la edad de imputabilidad. Ya que hoy en día un pibe de 10 años
te puede matar y no pasa nada. Es por eso que ataco la figura construida desde
algunos noticieros del pibe chorro que nos quiere matar.
En la medida que no se
reprima la inseguridad con mano dura, los ciudadanos que pagamos los impuestos
vamos a seguir teniendo miedo al momento de salir a la calle, por miedo a que
nos roben.
Me resguardo en la
generalización del miedo por toda la sociedad ya que se muy bien que piensa la
gente.
Si es necesario
deberían implementar la pena de muerte sin ninguna duda o sino apelaremos a la
justicia por mano propia.
El interrogatorio
Cercado por
afirmaciones perniciosas, no sabe más que hacer. Atenta con parapetarse en un
manto de rotundas negaciones. Pero no lo dejan, como él anhela, en libertad.
Todo lo contrario, continúan asediándolo con verdades deliberadamente
construidas rayano con lo absurdo que encajan con las más siniestras maneras de
interrogatorio.
Sólo pasan escasos
minutos cuando comienza a aceptar como ciertas, las prácticas de disuasión
devenidas en afirmaciones netas, las que ofician de rubricantes han concretado
su cometido.
El desconocido cae en
el infortunio que le plantean sus instigadores. Pero no es conciente de
aquello, pues la labor ha surtido, sumamente bien, el efecto esperado, y la
razón del individuo traspolado a la condición más básica de la supervivencia
humana.
Todos los victimarios
conocen la vulnerabilidad de la mente de las personas que disuaden, y por tanto
saben que en determinado momento, tarde o temprano, los convencerán. Saben muy
bien como mitigar todo vestigio de intelecto inmiscuyéndose en lo profundo del
ser, jugando con sus debilidades, miedos y miserias.
Finalmente el
individuo, preso de la manipulación sobre él ejercida, apaga momentáneamente el
televisor, para prenderlo nuevamente al día siguiente.
Con sentir
Siempre que salgo a
bailar a los boliches, me encanta convalidar los tremebundos precios que cobran
los dueños del local por consumir dentro. Muchas veces que esto ocurre, fuera
en el ambito que fuera, debiéramos apelar a los postulados de la escuela
marginalista, ¿Por qué no lo hacemos? Sencillo. Si yo trato de buscar precios
mas bajos me van a tildar de tacaño, mesquino, etc. Sumado al terrible esfuerzo
que esto implicaría, se hace imposible no convalidar precios.
Pienso que es fácil
horrorizarse por los casos de trabajo infantil o por el trabajo esclavo, ya que
no requiero compromiso alguno para con la persona en situación de servidumbre.
A veces hasta el peor
agravio puede ser dicho sin que el otro se inmute si se antepone una frase que
endulce sus oídos y sirva de jactancia, eximiendo al insultante de culpa
alguna.
De esta manera se puede
decir cualquier cosa sin que a la otra persona le genere demasiado rechazo lo
que se le dice. Apaciguando, de alguna manera, el agravio sin que suene éste
tan terrible, y haciendo en ocasiones que el otro logre cambiar su opinión,
aceptando lo que se le dice (¡Si al fin y al cabo era una crítica
CONSTRUCTIVA!) y convenciéndolo de lo que se quiera, consintiendo nuestro pensamiento.
Consumo, luego existo
No existe momento mas capitalista llevado a la practica, que cuando uno
efectúa una compra. Ahí podemos registrar de que manera el comerciante nos
pseudo estafa bajo nuestro consentimiento, para obtener una plusvalía.
Pero que resulta mas
llamativo de este proceso lo encontramos cuando alguien como yo, de clase
media, es puesto en la disyuntiva de optar entre dos productos de
características similares. Los dos producto superan ampliamente el objetivo
requerido, pero uno de ellos está hecho con mano de obra esclava y sale 3 veces
menos que el otro que está hecho un país del primer mundo donde hay empleados
que tienen derechos laborales, etc., y además el vendedor me dice que el producto
mas barato es básicamente una “porquería” y que el otro es de mucha mejor
calidad, es mas resistente y mas durable. Aunque como ya dije los dos superan
los objetivos para los cuales lo necesito, ya he sido expuesto. ¿Que quiero
decir con esto? Si ahora yo decido por el barato seré visto como un mezquino
que no quiere pagar o peor aún, una persona que no tiene el dinero suficiente
para pagar por el mas caro, cuando sí cuento en realidad con la suma para
comprar ambos si desease.
Esto va mas allá de convalidad
un tremebundo precio como el de la bebida en el boliche a la noche, es mas
parecido al ejemplo de la camisa de marca o el auto último modelo que me voy a
comprar, tiene que ver con una cuestión de no sentirme menos persona si llevo
el producto barato.
Creemos que somos libres, fingimos actuar desinteresadamente y con
independencia del mundo de los consumidores, cuando en verdad nuestra
“libertad” es directamente proporcional a la efectiva realidad material; para
obtención de la cual relegamos libertad.
Nuestra libertad, que en realidad es libertad de consumo, está pautada
de antemano por las leyes que el mercado nos otorga, imponiéndonos así, una
deliberada coacción.
La libertad de elección (consumo) que nos queda a las personas de clase
media nos posiciona ante una elevadísima probabilidad de fracaso, por lo que
las decepciones inherentes pueden ser devastadoras para el que (desde el punto
de vista del mercado) se “equivoca”. Las emociones quedan sin control y el
individuo actúa sin poder mesurar sus actos y su carácter, como cuando mi tía
se compró un lavarropas que al mes dejó de funcionar… nunca pudo recuperarse de
aquel episodio.
El otro día, aceptando la persuasión de la publicidad mediática
televisiva me decidí por ir a comprar el LCD de 32 pulgadas que ya
venía pensando comprar, y que además de poseer una inigualable definición de
imagen, diseño ergonómico y el tamaño justo para ubicarlo en el comedor de mi
casa, me otorga estatus ante las personas invitadas que concurran a mi hogar.
Lo malo del asunto es que ahora tengo la cuenta de la tarjeta de crédito al
rojo vivo y estoy con el agua al cuello por anteriores compras que realicé para
impresionar a mis allegados.
Mi hermano es una persona que vive para el trabajo, siempre ocupado y
con obligaciones que cumplir, siempre comprando ropa de marcas caras, autos
fastuosos y costosísimos viajes al exterior en los tiempos de vacaciones. Lo
siempre le digo que eso no es la real felicidad, que la verdadera felicidad
pasa por otro lado, no se por donde, pero por otro lado. El tiene que relajarse
vivir mas desestructurado sin tantos problemas y ocupaciones. Tiene que
renunciar a esa vida tan ajetreada que solo le trae disgustos y malestar, y
sobre todo tiene que renunciar a las posesiones materiales que no le producen
verdadero placer, debe renunciar a todo eso y dejármelo a mi.
El pasado domingo fui de compras al supermercado de la esquina para
hacer las compras de la semana, como todas las semanas y descubrí que pagué
todo mas barato de los que algunos periódicos informaban sobre el aumento de
algunos precios, parece que tuve mucha suerte ya que con la creciente
inflación, uno nunca sabe cuanto va a terminar pagando los productos que desea
al día siguiente. Ya hace varios meses igual, que vengo con una importante
racha de suerte, porque pago los productos al mismo precio y a veces hasta mas
baratos. Pero uno nunca puede confiarse con la calaña de políticos corruptos
que gobiernan nuestro país, por eso hay que estar alerta y ver que nos informan
los que realmente están en contacto con la realidad, periodistas y consultoras
que indagan en las góndolas.
Lo que se puede decir al analizar a la clase media
como un todo homogéneo, es que la mayor parte de la población de una nación es
de clase media, una estructura pujante que lleva a cabo y desarrolla
constantemente el sistema económico capitalista, gracias a sus medios de
producción.
Cuando se habla de lo negativo de esta
clase, se hace referencia claramente a su pensamiento, es decir a lo que ella
piensa de si misma y no lo que realmente es. Las fluctuaciones y los vaivenes
económicos ponen en constante contradicción las creencias de todos los
individuos que conforman esta clase. Al tener la escueta pero real posibilidad
de ascenso a una nueva clase (ya que es esta primera la que cuenta con los
medios reales de producción), se plantea siempre la necesidad de seguir
avanzando hacia ese objetivo y por tanto seguir produciendo dentro de la
estructura capitalista de la economía de su nación.
Pero el pensamiento como ya dije constituye la
principal dicotomía en las clases medias, ya que no hay limites de
enriquecimiento, ascenso y progreso dentro del capitalismo, todo lo que un
individuo con los medios necesarios para realizarlo se plantee, lo puede
lograr. No así las clases bajas que por estar en terrible desventaja carecen de
los medios y métodos. Es entonces la idea de progreso lo que constituye a este
pensamiento, basado en la infinidad.
Cuando hablo de pensamiento clase
mediático es el sustento que recibe esa idea de inminente mejoría. Idea que es
fogoneada desde la única realidad estructural de opinión que tiene la clase
media y que son los medios con los que se informa; pilares innegables de la su
condición. Ellos establecen hasta donde pueden llegar sus aspiraciones de
progreso, construyendo la opinión que el individuo posee de si, o llevándolo a
un plano mas universal, que la clase media tiene se si misma.
Es en esta clase donde los medios
informativos penetran mas fuertemente ya que puede solventar el costo de de
información, cosa que las clases inferiores no. Mientras que las mas altas son
las que se encargan de informar.
La construcción de una idea, de un
pensamiento, una creencia de prosperidad es todo lo que la clase media necesita
para seguir desarrollando sus medios de producción dentro de la sociedad
capitalista y seguir manteniendo inconscientemente la estructura económica del
sistema.
Incapaz
Debo confesar mi incapacidad de critica a las
cuestiones ajenas a lo esencialmente material, es decir que me es imposible
criticar mas que un corte de cabello tipo de ropa y gustos particulares de las
personas sobre cosas materiales. Las ideologías son conceptos demasiado
complejos para que los pueda abordad mi persona
Libre para elegir
¿Que significa ser un excluido? Un excluido
es una persona que elige estar fuera del sistema. Eligen no circunscribirse
bajo las normas y el orden que todos nosotros acatamos, prefiriendo ser
incivilizados automarginándose. No quieren formar parte de nuestra sociedad optando
por volcarse al robo, el crimen y las drogas.
Nuestra
obligación entonces, para protegernos de los excluidos y protegerlos a ellos
mismos también, debe ser quitarle esa libertad de elegir, que en definitiva va
a ser mal utilizada por su condición. Hay que encarcelar a todos los que no
quieran formar parte de nuestra sociedad democrática, de la cual no quieren ser
parte, y que da oportunidades a todos los que saben aprovecharlas.
Los
excluidos va a intentar usurpar constantemente todo los que con mucho esfuerzo
y trabajo nosotros hemos conseguido a lo largo de una vida de trabajo y
consumismo desaforado autorizado por el sistema
Escindidos
de la sociedad, los excluidos se
desentienden de nuestros valores y nuestras costumbres alterando la normalidad
en la que vivimos, impidiendo que estemos tranquilos en nuestras casas
disfrutando del fulgor capitalista.
Buscar cariño
Algunas personas
saben como buscar cariño de las demás personas, incluso si estas no están
dispuestas a otorgárselo. Esto no significa que van a ser queridas ni mucho
menos.
Buscar cariño es buscar una muestra de
afecto de la otra persona, para lo cual hay que ser menos orgulloso. No es
someterse a la decisión del prójimo sino increparlo en un desesperado intento
de encontrar la muestra de cariño.
El objetivo al que apunta toda persona
que busca cariño, es ser amado por la otra persona, intentando agradarle,
caerle bien siendo simpático y amable. Pero no en un acto forzado sino más bien
natural y desestructurado. Surge, no como algo en lo que pensamos racionalmente
sino como algo que es empujado por la necesidad y la desazón que el vacío
emocional nos provoca junto con la necesidad de elevar la baja autoestima.
Obviamente y como en todas las
cuestiones humanas, hay individuos mas proclives a agachar la cabeza para
recibir una caricia, subordinándose a la voluntad ajena.
Las personas que no buscamos cariño
tendemos a quedarnos solos si no nos cruzamos en la vida con otras personas que
si lo buscan. Nuestra tara y ceguera nos impide darnos cuenta de la importancia
que esto conlleva en todos los aspectos de nuestras decisiones personales, es
decir, como encaramos la vida de aquí en más. Va a conformar un carácter
agresivo, violento, incapaz de sentir, beligerante, reaccionario y resentido,
que nos va a alejar aún más de la importancia que nos confiere el buscar
cariño. No es simplemente otro círculo vicioso de los que se presentan en la
vida de los seres humanos, ni tampoco otra contradicción pasajera; la dimensión
y la importancia del no buscar cariño nos delimita como personas, nos hace como
individuos y nos condiciona.
¿Qué podemos hacer?
Poco puede hacerse si los efectos, que son irreversibles, de la no búsqueda de
cariño han socavado cuantiosamente en el carácter del individuo. Pero si esto
no ha sucedido todavía podemos tener gestos de humildad, tolerancia y empatía,
que nos permitirán encontrar cariño.
¿Qué hay de mi? En lo que a mi
respecta, no estoy dispuesto a ceder ni una cuota de mi carácter misántropo. Y
toda la reflexión anteriormente realizada constituirá una mayor contradicción.
Todavía puedo prescindir del sentido más
amplio del significado de la palabra gregario, ya que tengo la sana televisión
que siempre me acompaña. Me muestra lo que tengo que ver y no puede refutar mis
pensamientos ni mis insultos. Será quien se encargue de colmar el vació que me
impido que llenen las personas.
Buscar el
entretenimiento
La televisión de espectáculo suele asociarse
con los burdos intentos de algunos personajes de televisión para “entretener”
al espectador, creando situaciones ficticias y peleas inventadas para alimentar
la necesidad que los medios de comunicación suponen que tienen los
espectadores. Es cierto que hay consumidores efusivos de esta clase de
programas y esta forma de buscar el
entretenimiento. Es un espectáculo de la violencia dentro de todos los
parámetros de la palabra, menor. Pero existe un espectáculo mas grosero y mas
morboso, que es el de mostrar situaciones de violencia mas explicita como ser
represiones policiales, peleas callejeras, choques automovilísticos, etc. Que
para lo único que sirve es para generar una emoción violenta en el espectador o
según reaccione, un sentimiento paralizador que comúnmente se denomina miedo.
Existen
como todo, consumidores inherentes a la beligerancia mediática de fogonear la
violencia mas explicita. Son individuos que descargan todo sus sentimientos de
violencia mirando atentamente la pantalla sin despegar por un segundo sus ojos.
Una manera de buscar identificarse con el sentimiento de ira que todos los
seres humanos tenemos.
Es
por eso que cuando los medios de comunicación no cubren este tipo de episodios
aberrantes para cualquier persona con sentido común, puedo llegar a reventar.
La inmediatez
El capitalismo normaliza
la inmediatez y la convierte en un hábito de la vida cotidiana. Comenzamos a
pensar inmediatamente en que todo debe ser inmediato; respuestas, soluciones
políticas, etc. Incluso el capitalismo no solo avala la inmediatez sino que se
constituye sobre ella, un ejemplo claro son los créditos bancarios para que
obtengamos hoy lo que queremos y lo paguemos sabe dios cuándo y a que costo. Lo
que importa es la posesión inmediata de ese bien, mientras que la previsión
pasa a un segundo o tercer plano, relegada y escindida como si formara parte de
una acción aparte.
Todos los productos
basura que hoy consumimos sin cuestionar su cualidad de “basura” es porque son
artículos que han sido naturalizados hace muchísimos años y convertidos en
estructurales de nuestra vida. Si bien puede que al principio haya sido difícil
introducirlos dentro de un mercado reacio, la publicidad se encargó de
naturalizar su aspecto basura para que los podamos consumir sin cuestionarnos
siquiera como son fabricados. Es seguro que los productores estén gastando, hoy
día, mucho más en la publicidad del producto, que en su propia producción, ya
que no importa lo que nos venden, sino como nos lo venden.
Cuando los medios de comunicación ya no puedan resaltar
las cosas que aún faltan hacer por parte del gobierno, van a volcarse a
ridiculizar lo hecho y a denostarlo por la forma en que se hizo en su momento
sin importar el debate totalmente accesorio de la cuestión.
Libertad de elección
Yo, que privilegio y considero que el esfuerzo individual es
lo único que importa en nuestras vidas capitalistas, no soporto a su vez que
existan gobiernos que repartan la riqueza que a mi me cuesta tanto alcanzar y
se la otorguen a, los que sin hacer nada, viven como reyes a costa nuestra, con
beneficios sociales que no tienen ninguna razón de ser. Los que trabajamos día
a día para comprarnos todo lo que utilizamos sabemos que no hay otra manera sin
robar que tener lo que deseamos; cuando los pobres son mas valorados que el
ciudadano normal que vive y trabaja lo propio.
Entiendo que haya un estrato social
muy bajo que deba ser mantenido por su incapacidad de trabajar, pero cuando
esto se extiende a las mayorías pobres, se hace terriblemente insostenible, y
nos es por envidia sino por el hecho de que cada uno elige una forma
determinada de vida, en este caso los pobres la eligen por los beneficios y
manutenciones por parte de los gobiernos demagógicos.
Individualismo
Cada vez somos más
esquivos a la idea de integración. Vivimos atomizados dentro de nuestros
seguros hogares, que nos brindan confort y protección frente a las amenazas
provenientes del mundo exterior. Por ese motivo decidí comprar una computadora
personal para poder conectarme con ese mundo exterior e integrarme, sin salir
obviamente del lujo y confort de mi casa. Combatir el individualismo es una
tarea paradójicamente personal…
Ahora si voy a poder
convertirme en la persona cosmopolita que siempre quise ser, abrirme a nuevas
culturas desde la comodidad de mi sillón, poder hablar con gente de otro país
es una de las enormes posibilidades de integración que nos brinda la PC.
La televisión nos
inyecta constantemente dosis de emoción violenta contra “ellos”, a los que
tratamos de segregar mediante confinarlos en guetos y recluyéndonos “nosotros”
a salvo en nuestras casas.
La inseguridad es un
flagelo que ataca permanentemente a las sociedades. Si bien nunca fui victima,
nunca desee serlo tampoco, es por eso que cada vez menos, salgo a la calle o a
lugares donde hay demasiada gente esperando el momento para atacarme.
La presidente de la
nación debería construir una pared que divida a los que somos seguros y los que
atacan nuestra seguridad, para establecer un orden.
Personalidad
Cuando me preguntan
¿Cómo sos?, yo respondo categóricamente y antes que nada: soy un tipo muy
autocrítico, trabajador y perseverante, reflexivo, solidario, altruista y
cooperador. Siempre trato de construir en conjunto y nunca hago críticas
destructivas porque las considero inconducentes. No soy ni egocéntrico ni egoísta,
nunca buscaría la paja en el ojo ajeno. Pero lo que puedo estar seguro es que
no soy envidiosos en lo mas mínimo y por sobre todas las cosas, soy un muy buen
tipo.
Confianza
En los tiempos que
corren, la confianza es un factor devaluado que perdió legitimidad con las
sucesivas inquinas entre los hombres. Es una constante mirar con recelo al que
tenemos al lado por temor a que nos aseste un golpe en la cabeza cuando estamos
desprevenidos. Por la falta de confianza en el prójimo vivimos con recelo y susto
de no poder transitar tranquilamente la calle. Vivimos armados por la dudas, en
casas a prueba de motines externos y siempre con el celular con el 911 agendado
para agilizar.
Todo puede tornarse
gris de sopetón y siempre hay que estar consiente y alerta del accionar extraño
de los periféricos. Es mejor prevenir que curar dice un proverbio milenario,
pero de lo que estoy seguro que nunca cambiará es de los valores fundamentales
de las personas: el auto, la casa, la cuenta bancaria, etc. El valor del dinero
y la confianza que a el le rendimos jamás en la historia modificaran su
fisonomía
Respetémonos!
Lo que genera que una
persona en la modernidad liquida, respete a otra, no es la cantidad de
posesiones materiales con las que ésta cuente sino la creencia de que la otra
persona merece ser respetada por algo en particular.
La cantidad de
posesiones materiales de un ser humano no son sino, en última instancia, la
“capacidad individual de subsistencia” y autosuficiencia. La raza humana
linsojea esa capacidad de subsistencia en sus individuos, aunque
inconcientemente, para luego gritar a los cuatro vientos: ¡Miren mi capacidad
de subsistencia! ¡Miren cuan autosubsistente soy!
Alejado de todo
fetichismo barato, yo reivindico y envidio la “capacidad individual de subsistencia”,
lo cual es muy distinto que envidia las posesiones materiales ajenas, y además
dicho de esa manera queda mucho más poético! (y fortalece mi auto justificada
conducta).
La vida por
televisión
La libertad ha muerto
desde la conformación de los estados nación, cuando las libertades individuales
debieron ser coaccionadas para posibilitar la convivencia en sociedad.
La semana pasada me
fui de viaje a visitar las cierras Cordobesas. Pude haber disfrutado de la
hermosa vista panorámica, del radiante sol, del canto de los pájaros en la
frondosa vegetación verde primavera. Pero en cambio no pude desconectar mis
oídos de los auriculares del celular y los ojos de lo que estaba observando en
el Factbook, al cual actualizaba incesantemente. Padezco de una especie de
incapacidad de disfrutar sin desacoplarme de los objetos tecnológicos.
Viajar
Estoy harto de subir
en trasportes públicos en donde se viaja como ganado. Son transportes que
mantienen con subsidios del gobierno, que pagamos todos y que son literalmente
una mugre. El hedor de la gente que viaja junto con el poco espacio, hacen una
combinación terrible. Me pregunto hasta cuando vamos a seguir de esta viajando
de esta manera, como ganado, ¿Acaso no nos merecemos algo mejor? Después de
pagar al día todos los impuestos, claro… porque esa es la otra si no pagas los
impuestos inmediatamente te cortan los servicios, pero mientras tanto nadie
soluciona nuestros problemas. Yo sé cuando se va a terminar todo esto, y no
precisamente lo va a solucionar el ineficiente gobierno, tiene que surgir de
cada uno, del esfuerzo individual, la voluntad de cada uno de mejorar y
prosperar. Cuando me pueda compara el auto para el que estoy ahorrando se va a
terminar todo el malestar y el horror que el transporte público me genera.
Lamento de un indignado
Estoy harto de la
inflación, no puede ser que todos los productos aumenten. El gobierno frustra
constantemente mi capacidad de compra, hiriendo mis sentimientos y llenando mi
cuerpo de indignación. Creo que todos los indignados por este tipo de ofensas a
nuestra frustrada capacidad de compra deberíamos abandonar la molicie que
nuestros hermosos (pero viejos) sillones (que no podemos reemplazar por unos
nuevos) nos proporcionan y acudir masivamente a las calles en señal de
protesta. Es inconcebible que miles de personas de buen pasar no puedan darse
pequeños lujos como son: ir de vacaciones o comprar un auto.
Los bancos se quedan con las ganancias
que obtienen de nuestros ahorros, mientras que los que trabajamos día a día
para llevar el pan francés a nuestras casas no nos alcanza el dinero para vivir
una vida menos pavorosa, lejos de la miseria y las carencias materiales que
tienen los otros.
Aunque pensándolo bien, no se si sería
buena idea salir a protestar en contra del sistema que nos provee las
comodidades que, si bien nos cuesta conseguir, son comodidades que de
masificarse, perderíamos nuestro status de clase. Es preferible que el sistema
siga funcionando así antes que el comunismo destruya todo lo que nos ha costado
mucho esfuerzo conseguir, o que venga otra cosa, otro sistema aún no inventado
en el que las necesidades que las marcas nos inventaron dejen de existir!. Esto
sí que sería traumático
Hace un mes atrás
hice una hermosa pileta en el jardín de mi casa, costó mucho esfuerzo pero
valió la pena ya que ahora mucha gente no nunca me visitaba ahora vive en casa
conmigo, además es un hermoso tema de conversación con los vecinos, un objeto
preciado en los sofocantes días de calor, días que puedo fanfarronear y mofarme
de aquellos que no tienen como refrescarse por ser gente de bajos ingresos. No
importa que nunca termine de pagar la última cuota de los materiales que
utilizaron los albañiles, o la excesivamente cara mano de obra de los obreros (que
encima me parece que son inmigrantes paraguayos ilegales), que cobran un precio
exorbitante por un trabajo menor. Al fin y al cabo tengo una hermosa pileta de 30 metros de largo por 10 metros de ancho con 4 metros de profundo en la
zona mas honda. Pero a pesar de la felicidad que me causa mofarme del que
quiere venir a casa a bañarse en ella o de usufructuar de la importancia que
tiene un bien de lujo como una pileta dentro de una sociedad cada día mas
fetichista, existe algo que me deja algo intranquilo y es la medianera que
linda con la calle, ya que no puedo disfrutarla libre de toda preocupación
pensando que alguien va a saltar el muro (que me separa de la hostilidad
exterior) para asaltarme mientras me asoleo en la reposera luego de un
reconfortante chapuzón.
Realmente indigna
saber que en cualquier momento podemos ser victimas de la inseguridad, ni
siquiera en nuestras casas podemos estar seguros y tranquilos de que nadie
violará nuestra intimidad.
He decidido encarar
una nueva etapa en mi vida, en la que nadie me controle en cada momento, etapa
en la que no estoy subordinado a cumplir ni horarios, ni presiones de trabajo o
despido, ni exigencias de ningún tipo. Ya nadie va a poder hacerme cumplir
porque voy a ser yo mismo quien gestione mi vida. He decidido cambiar de rumbo
totalmente virando a nuevos horizontes, ¿Qué digo horizontes? En esta nueva
etapa no exísten horizontes de crecimiento, puedo hacerlo cuando quiera, y
cuanto lo desee. He decidido renunciar a mi antiguo trabajo, en donde tenía un
osco jefe explotador que por poco no chupaba mi sangre para venderla en el
mercado negro y así enriquecerse, una persona despreciable que nunca escondía
su miserabilidad ni su rolex de 1000 dólares. Asqueroso por cierto.
He decidido vivir sin ataduras, para lo
que abrí mi propio negocio un modesto kiosko en la zona cercana al centro de
Ezeiza, no dudo lo exitosamente localizado que se encuentra mi emprendimiento,
ya que su locución fue fruto de un extenso análisis de mercado (boicoteado por
los alquileres inmobiliarios). Lloverán las ventas, hordas de personas vendrán
a comprarme y lo mejor de todo serán las pletóricas ganancias que voy a obtener
a cambio, ganancias que podré disponer para reinvertir (y así generar más
dividendos) o utilizar para vacacionar en donde elija.
La vida de comerciante es magnífica,
hace un mes que estoy funcionado efectivamente y todo marcha de maravillas, las
ventas llueven, la gente me compra por mi carisma y ya tengo fieles clientes
que me rinden devoción. Todo es excelente salvo lo que tengo que pagar por el
alquiler, los sueldos de los empleados o las deudas con los proveedores. De
haber sabido esto me hubiera quedado en mi antiguo trabajo libre de toda
preocupación y con estabilidad económica, con un sueldo fijo a fin de mes
depositado puntualmente en mi caja de ahorros. Pero eso no me enoja tanto como
lo que ningún comerciante hubiese previsto antes de montar su propia maquina
generadora de dividendos, lo que de peor humor me pone es la porción que se
lleva el fisco, fruto de mi propio sacrificio, y no es por ser individualista,
sino que uno se rompe el alma trabajando para luego pagar 10.000 pesos de
monotributo. ¡¡No puede ser que en este país se cobre impuesto por comprar, por
consumir y por vender!! Es una ignominia a mi persona luego de trabajar 25
horas diarias…
…Simplemente pienso
retirarme a vivir una mejor vida, lejos de todos los que me hacen mal
(trabajadores honestos que viajan diariamente en tren para llevar el pan a sus
casas, maestros honestos que enseñan por vocación, médicos que curan con amor y
patriotas Argentinos) soy un tipo común, soy Juan Pérez Grinspun.
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