domingo, 2 de septiembre de 2018

El desafío de evitar el traslado a precios de la corrida cambiaria


La suba del dólar de la última semana dónde la divisa tocó $42 recuperó parte de la competitividad perdida por la aceleración inflacionaria del primer semestre. El gobierno puede capitalizar la situación actual, si sabe como administrarla en su favor.

Mientras los sectores más reaccionarios del liberalismo económico piden una profundización de los recortes estatales del gasto y eliminación de ministerios, para lograr la meta de déficit cero pautada para 2020 con el FMI, en 2019; algunos creemos que la salida es por izquierda.

Reimplantar los derechos a las exportaciones para todos los bienes primarios lograría generar hasta fin de año nuevos ingresos de divisas además de desacoplar los precios internos de los internacionales. Una medida win-win para el gobierno y para la sociedad. Si además se reestablecieran los acuerdos de precios con empresas petroleras el aumento de combustibles no se trasladaría a lo largo de la cadena de comercialización, puesto que la cerca del 90 por ciento del acarreo es por vía terrestre.

Los mayores ingresos en divisas no financieras traerían algo de tranquilidad para los convulsionados mercados que tuvieron bajas siderales en sus cotizaciones. El gobierno bien podría utilizar esas divisas para el pago de los intereses de la deuda, quitando presión al financiamiento externo que cada vez resulta más escaso.

Las fallas de mercado no se resuelven con soberbia y prepotencia o echándole la culpa de la carestía de dólares o la fuga a los 9 palos del corrupto de López, sino con voluntad política de cambio genuino. Tampoco se pueden resolver ineficientemente a costa del empobrecimiento de las mayorías, con un ajuste, que, además de ser procíclico reduce los ingresos de la gente y la recaudación (lo cual agravaría la preocupación desmesurada que tiene el Macrismo por el déficit fiscal).

Si bien es dudoso que se anuncien medidas heterodoxas para salvaguardar la competitividad actual del dólar en favor de la sociedad, la alternativa está en la mesa, depende de la muñeca política de Cambiemos tomarla o no. Si el gobierno fuese astuto desestimaría las acusaciones de filo Kirchnerismo y se aseguraría su continuidad en 2019.