sábado, 10 de noviembre de 2012

8 N O



Más allá del número exacto de ciudadanos libres que hicieron evidente su descontento hacia el gobierno el pasado Jueves 8 de Noviembre, es claro que si bien es un sector del pueblo, forma parte de una minoría de rentistas frustrados por la inflación y el cepo cambiario. Quizá la denominación mas acertada de aquel sector sea “La Gente”. Siendo generosos con los datos de los cálculos de asistencia, las 700.000 personas que se manifestaron (numero que oscila desde los 350.000) en la Capital Federal, lejos están de alcanzar la mayoría que obtuvo el FPV en todo el país, 11.865.055 de personas que votaron haciendo gala de una democracia que si bien tiene falencias, sigue creciendo mejorando la participación ciudadana. Entonces: ¿Por qué la mayoría debiera acatar el reclamo intempestivo y autoritario que La Gente le quiere imponer sin atenerse al juego democrático.
Lo que se destaca del mayoritario apoyo que obtuvo el Oficialismo en las pasadas elecciones presidenciales del 2011 es la débil y desventajosa posición  en la economía y la democracia. Dentro de la heterogénea mayoría el apoyo deviene principalmente desde los sectores periféricos y no centrales de la población. El núcleo de la sociedad siempre conserva el pensamiento hegemónico que los medios les inoculan, tendiendo a defender a raja tabla los intereses liberales. Y es paradójicamente en la Capital Federal donde mayor concentración de la riqueza y por tanto donde mas se evidenció La Gente el pasado Jueves.

¿Qué reclamaban?
Los reclamos eran varios y difusos, no eran sintéticos y mucho menos proponían o sugerían alternativas para sanearlos. La inseguridad, la inflación y la libertad de expresión con el inherente reclamo a ser escuchados fueron los clichés más descollantes. Pero más allá de la retórica  televisiva, lo mas importante de la marcha fue lo que NO se menciono de manera explícita el los pletóricos reclamos; 3 cuestiones fundamentales que pocos se animan a reproducir del nuevo período democrático: Las “formas” del oficialismo, la inexistencia de un candidato opositor (Carismático) que aglutine a La Gente y la reticencia a la creciente igualdad.
Diera la impresión la convocatoria (Que realizó en gran parte el poder concentrado) se puede sintetizar en el descontento de La Gente por la soberbia del oficialismo en NO constituir una oposición que le dispute el poder, paralelamente a desempeñar su rol en el ejecutivo Nacional. E intentaron encontrar la solución a este inconveniente al obelisco desconociendo el juego democrático.

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