miércoles, 4 de junio de 2014

Democracia económica

Al hablar de democracia, usualmente se hace referencia a los límites del sistema político, sin tener en cuenta que la democratización no es privativa de la cuestión ejecutiva o legislativa del gobierno de una nación determinada. Está dado por descontado el derecho sufragar para determinar las autoridades políticas que deseamos, pero no se cuestionan otros poderes que condicionan o determinan de alguna manera las decisiones que tomaremos. El poder judicial es un factor de condicionamiento importante que tiene una república, ya que si bien nos puede juzgar, no se somete al mismo trato para con sus ciudadanos.
                En otro plano mucho más privativo del funcionamiento de la sociedad se esconde el poder económico, que si bien no juzga de forma directa a los ciudadanos, los discrimina excluyéndolos del acceso a los mercados. Determina taxativamente quiénes consumen, cuánto consumen y  lo que efectivamente consumen.
Si el mercado se encuentra oligopolizado, la capacidad de fijación de precios que poseen los empresarios es mucho mayor que en un mercado fragmentado con muchos competidores. De éste modo precio y cantidad dependen exclusivamente de la oferta, y si la el precio es muy elevado o la cantidad ofertada es muy reducida, habrá agentes que no puedan cumplir con su plan de consumo, previamente restringido por su ingreso. En definitiva los consumidores tienen una doble restricción, la del ingreso y la del mercado.

La restricción ingreso depende en cierto modo del individuo, y tiene que ver con su nivel cultural, el educativo y el empleo que desarrolla. Mientras que la restricción mercado depende pura y exclusivamente de cuál es el nivel de ganancia que los empresarios desean obtener. En éste sentido los consumidores son impotentes y no tienen injerencia sobre las decisiones gerenciales de las firmas, pero pueden interferir sobre las cuestiones políticas que atañen al país. Asunto no menor, puesto que el parlamento es capaz de dictaminar leyes y sentar jurisprudencia para ampliar los derechos de los individuos.

¿Podrían los ciudadanos, elegir de manera democrática a los empresarios que deseen y conformar la clase de mercado que en el que consumir? Que se ajuste a sus preferencias, a su nivel de utilidad y por sobre todo a sus necesidades. Determinar y no ser determinados por un poder fáctico que se ex-nomina tras sociedades anónimas. Someter a los empresarios a la voluntad popular permitiría a los clientes un mayor grado de libertad a la hora de concretar una compra.

Resulta indispensable en un mundo en el que las libertades individuales son tan ponderadas (más aún por el liberalismo económico), establecer una democracia económica real y efectiva, que limite uno de los tantos poderes a los que es sometida la sociedad en su conjunto y no permite el desarrollo de los sectores más vulnerables.

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