sábado, 12 de mayo de 2018

El apuro del acuerdo con el FMI en la dinámica del ajuste



Históricamente Argentina recurrió a los mercados externos para justificar las decisiones de política interna. Desde la primera deuda de Rivadavia en 1822 para justificar el reparto de tierras hasta el reingreso del FMI 196 años más tarde.

El 18 de agosto de 1822 es aprobado un proyecto para la contratación de un empréstito que habría de colocarse en Londres, por un monto de 15 millones de pesos: La primera deuda patria. Pero recién el 27 de octubre de 1825 el gobernador Las Heras pudo llevar a cabo la operación. Estableciendo, en el artículo quinto:

“Como garantía, quedan especialmente hipotecadas al pago del capital e intereses de la deuda nacional, las tierras y demás bienes inmuebles de la propiedad pública, cuya enajenación se prohíbe en todo el territorio de la Nación, sin precedente autorización del Congreso”.

Mauricio Macri vuelve hoy a tomar un crédito con el Fondo Monetario Internacional entregando la soberanía política. No es la distribución de la tierra lo que sustenta el acuerdo, sino la distribución de la riqueza. La marcha del ajuste se vio estancada en el ultimo año, por decisiones judiciales, oposición en el congreso y manifestaciones masivas en la calle. El círculo rojo le pide al gobierno que abandone el gradualismo y aplique el ajuste necesario para bajar la inflación y reducir el déficit fiscal.

El apuro no está tanto en el próximo mega vencimiento de las LEBACS del 16 de mayo, pero está relacionado. Conforme vayan pasando los meses y los intereses de la deuda incrementen su peso como porcentaje de PIB, la desconfianza de los inversores irá, a su vez, en aumento, provocando eventuales bajas en la calificación de la deuda o mayores tasas de interés. Comprometiendo incluso, la aprobación de futuros créditos.

Si bien el gobierno tiene las reservas suficientes para afrontar el pago de las Letras del 16 de mayo en caso de que no renueven (aproximadamente la mitad del stock de reservas), es imprescindible lograr cuanto antes una fuente de dólares con mira a un 2019 con elecciones presidenciales.

La consecución de una redistribución regresiva del ingreso iniciada en 2015 no puede llevarse a cabo sin el apoyo de los organismos multilaterales de crédito. La credibilidad del gobierno en la sociedad se deteriora día a día y los justificativos para implementar el ajuste se agotan. La voluntad política no encuentra los vericuetos sociales para generar toda la transferencia de ingresos que le gustaría, por eso resulta imperioso generar un acuerdo que implique entregar la independencia económica que argentina supo conseguir después del 2005.

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