viernes, 6 de septiembre de 2013

¿Girando el timón?

En el post anterior ya había mencionado el perfil derechista de la medida oficial de aumentar el piso del mínimo no imponible para ganancias, pero se contrapesaba con la iniciativa de gravar la extraordinaria renta financiera y la futura creación de nuevos instrumentos financieros para que el publico pudiese invertir.
La decisión de gravar la compraventa de valores negociables que no coticen en Bolsa tiene por objetivo, supuestamente,  estimular a las empresas a que abran su capital a oferta pública para obtener financiamiento. Pero atenta contra las pequeñas y medianas empresas ya que no pueden ingresar a la Bolsa por tamaño y falta de competitividad, cuestión que debiera de modificarse para evitar una concentración aún mayor en el largo plazo, ya que la posición desventajosa beneficia al más grande.
Quizá si la Ley de Mercado de Capitales incluyera gravar las empresas de la Bolsa de Valores, una medida cautelar, como la que ejerce el Grupo Clarín, para impedir la reglamentación de la norma. Pero no es más que lógica contra fáctica.

De las medidas más polémicas criticadas incluso por sectores afines al gobierno se encuentran: la Ley antiterrorista; una ambigua norma que agrava las penas de todos los delitos contemplados en el Código Penal si son cometidos "para aterrorizar a la población". El acuerdo con la transnacional Chevron, basado en una supuesta entrega de soberanía y la Ley de blanqueo de capitales que premiaba al evasor, entre otras.

 A aquellas, hay que sumarle una nueva medida que genera no poca contradicción y la cuál prevé una baja en la edad de imputabilidad de los actuales 16 años, a 14 años. La paradoja es que se termina coincidiendo con proyectos de sectores opositores al oficialismo y que forman parte de lo más recalcitrante de la política Argentina, como lo es el espacio que lidera  Francisco de Narváez.
No quiere decir que el Kirchnerismo no haya intentado soluciones de fondo como la construcción de un sistema educativo amplio e inclusivo con un gasto público del 6,5 % del PBI, con la construcción de más de 1000 escuelas y 10 universidades. Incluso la Asignación Universal por Hijo tiene por objetivo rescatar de la marginalidad a los excluidos. Pero en este caso, la baja en la edad de imputabilidad es una salida rápida y cortoplacista sobre una realidad inobjetable como es la falta de seguridad, un negocio explotado hasta el hartazgo por TODOS los medios de comunicación (afines y opositores) sin exclusión.
Es una medida anticipada, ya que 10 años de inclusión social no alcanzan para revertir 40 años de exclusión, y es inobjetable que pretende captar los votos afines a los sectores que tienen una marcada discrepancia con el Gobierno en vistas a la elección legislativa de medio término.


No creo que alguien pueda asegurar a ciencia cierta la efectividad de la medida, pero la salida de la tan mencionada falta de seguridad (que por cierto es menor que en el 2000) no es por la vía rápida que pretender los sectores avezados a la represión, sino mayor presencia estatal que asegure la inclusión social de aquellos ciudadanos que el sistema considera descartables.

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