viernes, 20 de diciembre de 2019

La doctrina del shock desarrollista

Desdoblamiento, pesificación y reconfiguración de los precios relativos.

“Sólo una crisis real o percibida produce auténticos cambios. Cuando esas crisis sobrevienen, las medidas que se toman dependen de las ideas que flotan en el ambiente” decía el padre de la escuela monetarista Milton Friedman. Argentina tuvo su Rodrigazo y su Hiperinflación, 2 de las crisis fundacionales para el advenimiento de gobiernos neoliberales. A diferencia del 76, el gobierno de Carlos Menem fue elegido mediante el voto, sin embargo, también se erigió en un marco de caos y desorden económico en el que los ciudadanos compraron un discurso estabilizador.

En 2015 Mauricio Macri gana las elecciones contra un proyecto de inclusión social y en el marco de una continuidad democrática estable y sin sobresaltos desorganizadores de la cuestión social. Desde su asunción aplicó medidas de contracción y ajuste fiscal mediante sendas devaluaciones que se trasladaron a precios y sirvieron para realizar la mayor transferencia de ingresos de la que se tenga memoria. En el segundo trimestre de 2015 las personas más pobres se apropiaban del 1,5% de la renta y las más ricas del 25,9%. En el segundo trimestre de 2019 las personas más pobres se apropiaron del 1,3% de la renta y las más ricas del 30,9%. La pobreza, que en el segundo trimestre de 2015 era de 28,5% según la UCA, en el segundo trimestre de 2019 alcanzó el 40,8%. La tasa de desocupación del tercer trimestre de 2015 era de 5,9% según a EPH del INDEC, en el tercer trimestre de 2019 fue 9,7%, con una caída de 123 mil puestos de trabajo privados registrados y pérdida real en el poder adquisitivo de las jubilaciones del 20%. La inflación del 2015 había sido 26,9% según el IPC porteño; la interanual de noviembre 2019 49%.

Es en este contexto que el presidente electo Alberto Fernández envía un megaproyecto de ley cuyo título sienta una posición categórica del estado del Estado y de la Sociedad argentina. La “Ley de solidaridad social y reactivación productiva en el marco de la emergencia pública” viene a oficiar de mojón inicial para la reactivación de una economía deliberadamente apagada. No constituye una meta ni una hoja de ruta para los 4 años siguientes, sino la piedra fundacional de una economía con un paradigma antitético al del gobierno macrista.

La reformulación de la economía que se pretende, exige desacoplar los precios internos de los internacionales para desdolarizar la micro, mediante una serie de sesudos impuestos e incentivos. Restauración de los derechos a la exportación para que los alimentos no se paguen a valores internacionales y/o superiores, desdoblamiento cambiario mediante un gravamen del 30% a las compras en dólares, para asegurar las divisas para la importación de insumos productivos y el pago de deuda. Elevación de las alícuotas de bienes personales para gravar a los sectores privilegiados y ganadores del modelo anterior. Exención del impuesto a la renta financiera para fomentar el ahorro en pesos. Redistribución instantánea de ingresos en los sectores sociales más postergados con aumentos discrecionales mayores a la fórmula de actualización de haberes. Suspensión del austericidio fiscal de 2017 para las provincias. Readecuación del cuadro tarifario con una lógica equitativa. Alivio para las PyMes. Y llevar la deuda nacional a un sendero de sostenibilidad.

Y todo, sin la emisión monetaria que tanto desvela a la ortodoxia. Con una fuerte apuesta por el equilibrio fiscal, readecuando partidas presupuestarias preexistentes que estaban distribuidas de manera regresiva e inequitativa.

Ningún shock alinea incentivos y consensos de manera tan contundente como una crisis económica. Pero, a diferencia de los procesos neoliberales la oportunidad que se abrió para el gobierno de Alberto Fernández y para la región en su conjunto, permite tomar las medidas necesarias para encarar nuevamente el camino del desarrollo con inclusión social, contando con la fuerza de la legitimidad de base y el beneficio que solo la historia y la experiencia pueden dar. Esperemos que de una vez por todas, el desarrollo por fin se vuelva doctrina.

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