La suba del dólar de la última
semana dónde la divisa tocó $42 recuperó parte de la competitividad perdida por
la aceleración inflacionaria del primer semestre. El gobierno puede capitalizar
la situación actual, si sabe como administrarla en su favor.
Mientras los sectores más
reaccionarios del liberalismo económico piden una profundización de los
recortes estatales del gasto y eliminación de ministerios, para lograr la meta
de déficit cero pautada para 2020 con el FMI, en 2019; algunos creemos que la
salida es por izquierda.
Reimplantar los derechos a las
exportaciones para todos los bienes primarios lograría generar hasta fin de año
nuevos ingresos de divisas además de desacoplar los precios internos de los
internacionales. Una medida win-win para el gobierno y para la sociedad. Si
además se reestablecieran los acuerdos de precios con empresas petroleras el
aumento de combustibles no se trasladaría a lo largo de la cadena de
comercialización, puesto que la cerca del 90 por ciento del acarreo es por vía
terrestre.
Los mayores ingresos en divisas
no financieras traerían algo de tranquilidad para los convulsionados mercados
que tuvieron bajas siderales en sus cotizaciones. El gobierno bien podría
utilizar esas divisas para el pago de los intereses de la deuda, quitando
presión al financiamiento externo que cada vez resulta más escaso.
Las fallas de mercado no se
resuelven con soberbia y prepotencia o echándole la culpa de la carestía de
dólares o la fuga a los 9 palos del corrupto de López, sino con voluntad
política de cambio genuino. Tampoco se pueden resolver ineficientemente a costa
del empobrecimiento de las mayorías, con un ajuste, que, además de ser
procíclico reduce los ingresos de la gente y la recaudación (lo cual agravaría la
preocupación desmesurada que tiene el Macrismo por el déficit fiscal).
Si bien es dudoso que se anuncien
medidas heterodoxas para salvaguardar la competitividad actual del dólar en
favor de la sociedad, la alternativa está en la mesa, depende de la muñeca
política de Cambiemos tomarla o no. Si el gobierno fuese astuto desestimaría
las acusaciones de filo Kirchnerismo y se aseguraría su continuidad en 2019.