jueves, 14 de julio de 2016

El sinceramiento político



El derrotero económico que implementó el Macrismo desde su asunción hasta la fecha, pivoteó sobre la base de una supuesta actualización de los precios relativos de la economía: Tarifas de transporte, luz, agua, telefonía fija, etc. En economía los pecios no vienen determinados de manera exógena, son un producto de un proceso interno llevado a cabo partir de otros precios establecidos endógenamente, por ejemplo: el precio del salario que cobra un trabajador se realiza, en principio, a partir de una canasta de bienes que son necesarios para vivir.
                Las tarifas subsidiadas formaban parte del salario que indirectamente recibían los trabajadores, reduciendo la carga de los viáticos en cada jornada. Ello implica una decisión política de redistribución del ingreso y es lógico que el mentado “sinceramiento” de las tarifas sea más que una simple actualización y que vaya en el sentido contrario de distribuir parte de lo que el estado recauda en materia de impuestos.
                Nada puede reprochársele a Macri, quién, coherente con lo proclamado durante toda la campaña 2015, llevó a cabo desde el día 1 de su gestión. A quien debe inquirírsele ciertas metas pautadas no plasmadas en la realidad, es a la pasada gestión. Despojado de un ánimo inquisidor o del cliché de “corregir lo que se hizo bien y cambiar lo que se hizo mal”, sino de un conocimiento profundo y Sincero de:
Por qué no se avanzó con la “Sintonía fina”
Por qué hubo falta de control en los servicios públicos
Por qué hubo falta de control en obras, licitaciones e inversiones
Por qué no se desarrollaron mejores relaciones entre el estado y los privados
Por qué se hicieron alianzas, a sabiendas de manejos espurios de los personajes, etc. Etc.

En definitiva, saber, si los que apostamos a un proyecto de inclusión social, apostamos a pérdida. Nadie garantiza que un proyecto salga bien ni sea exitoso en todas sus fases, ello sería utópico. Pero sería saludable saber la verdad, que por el hecho de estar en funciones y con la obligación que impone la corrección política, no puede ser confesada. Como una especie de auditoría que busca indagar y llegar al fondo de la cuestión, es momento de romper con el secretismo para que no caigamos en la ignominia de auditar nuestras ideologías. Porque ello sí, eso sí sería nefasto y es lo que ellos buscan.