viernes, 2 de septiembre de 2016

Les hicieron creer que iba a haber una lluvia de inversiones


Luego de varias promesas de inversiones no concretadas por la mirada perspicaz de empresarios que ven menguada la capacidad de poder adquisitivo de la población, la economía lejos de salir de su fase de estancamiento, se hunde cada vez más, mes a mes. No se produjo aún la tan ansiada llegada de capitales foráneos (más precisamente de Estados Unidos) dispuestos a reactivar el aparato productivo de nuestro país, sino que, más bien se profundizó la financiarización de la economía y la fuga de capitales, quedando las promesas de campaña tras bambalinas.

                Los plazos de los mercados difieren de los plazos biológicos y no se corresponden, las más de las veces, con los objetivos de la sociedad. La teoría señala que los empresarios y hombres de negocios esperan el momento indicado para Maximizar su beneficio y aquel momento depende de sus “Expectativas”, de este modo, el momento de invertir va a depender exclusivamente de la valoración subjetiva de los dueños de los capitales y los beneficios derivados para el pueblo deberán esperar. Por eso las sociedades modernas han desarrollado Estados con la capacidad y los mecanismos adecuados para cumplimentar metas de redistribución de la riqueza en momentos PRO-cíclicos. No basta con asegurar estabilidad en los mercados, sino que se necesita poner en función de la sociedad las bondades del mercado y no al revés; Ser menos flexible con los mercados y más con las personas.

Y si los mercados no reaccionan porque los empresarios no ven el negocio, el Estado debe actuar como un agente funcional, no únicamente para generar seguridad jurídica, sino para generar nuevos negocios, fortalecer la demanda agregada y crear puestos de trabajo.

jueves, 14 de julio de 2016

El sinceramiento político



El derrotero económico que implementó el Macrismo desde su asunción hasta la fecha, pivoteó sobre la base de una supuesta actualización de los precios relativos de la economía: Tarifas de transporte, luz, agua, telefonía fija, etc. En economía los pecios no vienen determinados de manera exógena, son un producto de un proceso interno llevado a cabo partir de otros precios establecidos endógenamente, por ejemplo: el precio del salario que cobra un trabajador se realiza, en principio, a partir de una canasta de bienes que son necesarios para vivir.
                Las tarifas subsidiadas formaban parte del salario que indirectamente recibían los trabajadores, reduciendo la carga de los viáticos en cada jornada. Ello implica una decisión política de redistribución del ingreso y es lógico que el mentado “sinceramiento” de las tarifas sea más que una simple actualización y que vaya en el sentido contrario de distribuir parte de lo que el estado recauda en materia de impuestos.
                Nada puede reprochársele a Macri, quién, coherente con lo proclamado durante toda la campaña 2015, llevó a cabo desde el día 1 de su gestión. A quien debe inquirírsele ciertas metas pautadas no plasmadas en la realidad, es a la pasada gestión. Despojado de un ánimo inquisidor o del cliché de “corregir lo que se hizo bien y cambiar lo que se hizo mal”, sino de un conocimiento profundo y Sincero de:
Por qué no se avanzó con la “Sintonía fina”
Por qué hubo falta de control en los servicios públicos
Por qué hubo falta de control en obras, licitaciones e inversiones
Por qué no se desarrollaron mejores relaciones entre el estado y los privados
Por qué se hicieron alianzas, a sabiendas de manejos espurios de los personajes, etc. Etc.

En definitiva, saber, si los que apostamos a un proyecto de inclusión social, apostamos a pérdida. Nadie garantiza que un proyecto salga bien ni sea exitoso en todas sus fases, ello sería utópico. Pero sería saludable saber la verdad, que por el hecho de estar en funciones y con la obligación que impone la corrección política, no puede ser confesada. Como una especie de auditoría que busca indagar y llegar al fondo de la cuestión, es momento de romper con el secretismo para que no caigamos en la ignominia de auditar nuestras ideologías. Porque ello sí, eso sí sería nefasto y es lo que ellos buscan.

miércoles, 6 de enero de 2016

Hacer política desde la anti-política


Muchas cuestiones actuales pueden ser atribuidas a la pasada administración presidencial que sucedió Mauricio Macri el 10 de Diciembre de 2015. Medidas económicas erróneas, ineficiencia y falta de suficiencia en las correctas, falta de planificación a largo plazo, malas alianzas políticas, manejos equivocados, falta de profundización en la tan anunciada “sintonía fina”, etc. Pero lo que no se le puede atribuir es haber dejado librado al azar cuestiones económicas, sociales y políticas.
                No caben dudas que el tan celebre “Cepo al Dólar” fue una de las tantas medidas equivocadas tomadas por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner; que apuntaba en un principio, a contener el drenaje de divisas al extranjero y a atemperar la marcha tradicional de fugar capitales, y que terminó no sólo por financiar la importación de autos de alta gama a un tipo de cambio subsidiado y el abastecimiento de dólares baratos para los turistas Argentinos que disfrutaban de sus vacaciones en el extranjero. Sino que desabasteció, como contrapartida, de los dólares necesarios para importaciones claves en la industria, en una economía con una estructura productiva desequilibrada como la nuestra. Y achicó empero, el stock de reservas del BCRA.
El 16 de Diciembre de 2015 el ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, anunció el fin del mentado Cepo como una unificación del tipo de cambio. En concreto, una devaluación fenomenal del dólar y una transferencia de ingresos de los sectores medios y bajos a los de mayor ingreso. Una medida que libera una de las variables más importantes para generar empleo interno sustituyendo importaciones en sectores industriales mano de obra intensiva. Sumado a ello, la baja y eliminación de las importaciones en soja y trigo respectivamente en el mismo sentido desregulatorio.
Contraste evidente con la flotación administrada o sucia, si se prefiere, del gobierno anterior, que apuntaba a que las fluctuaciones cambiarias producto de la oferta y la demanda de un mercado reducido, no impactasen de lleno en las variables reales no financieras de la economía.
La devaluación más anunciada de la historia tuvo como corolario un aumento injustificado de los precios de la canasta básica, qué, por otra parte ninguna componente importada poseen en su manufacturación. Perjudicando el poder adquisitivo de los asalariados, que al no poder trasladar precios (porque lo que venden es fuerza de trabajo) de manera inmediata (hasta las próximas paritarias; si es que se dan), sufrieron y sufren las consecuencias directamente.

Las medidas son conocidas y repetidas. Lo cruento, no sorprende demasiado. Lo realmente innovador es que se implementen inmediata e instantáneamente desde un gobierno liberal que le ganó genuinamente y de manera democrática a un gobierno popular de 12 años consecutivos de medidas antitéticas, gracias a un aparato mediático muy eficaz y por medio de un discurso que convierte lo que antes estaba viciado de político en otra cosa supuestamente aséptica y pura. El gabinete de tecnócratas y súper-ejecutivos en absolutamente todos los espacios estaduales es la demostración que no se necesita privatizar las empresas del estado, sino que basta con desviar el eje social de las mismas y de los ministerios de los que ellas dependen. Dicha innovación política de gestionar anti-políticamente, esconde tras el velo de un discurso aterciopelado, carismático y a veces pretendidamente hilarante, los impactos socio-económicos de las políticas públicas.
No es posible de ninguna manera desvincular el Estado de la esfera Privada o viceversa, en todo caso, lo que siempre sucede, dependiendo del color del partido político a la cabeza es la supeditación de uno hacia otro en mayor o menor grado. Una forma; la primera, es política, la otra es anti-política.
Es necesario desmitificar la dualidad de Estado Presente/Estado Ausente. La tarea del Estado es indelegable y no puede ser erradicada, las divisas pueden ir a las industrias y al pago de deuda o pueden ir a los ahorristas, a los viajantes o a los importadores de bienes de lujo. Las retenciones pueden mantenerse altas, salvaguardando el mercado interno de la volatilidad de los precios de las commodities, o pueden ser muy bajas o nulas, favoreciendo a los grandes exportadores e importadores de productos extranjeros.  

Es, en todo caso una dualidad de decisión política/anti-política. La decisión anti-política no pretende obrar, no busca intervenir, no intenta regular y corregir las anomalías, sino que delega el quid de la política a la dinámica caprichosa de “Los Mercados”.